En esta práctica la imaginación juega un papel esencial, junto con saber dejarse llevar. Empezar a veces es un poco difícil, ya sea por vergüenza o falta de confianza. Aunque podés dar el primer paso con el objeto que quieras, te recomendamos empezar por un básico como el látigo. Empieza acariciando el cuerpo de tu pareja con sus tiras y deja que se te escape algún que otro latigazo.
Ve de menos a más para que la excitación aumente de manera progresiva.